La vuelta al cole fue genial, nos volvimos a ver después de tantos días de vacaciones y ningún elefante lloró para entrar. Es que ya vamos a hacer todos 4 años ¡y eso... se nota!
Cuando entramos a clase, al principio no notamos nada extraño pero al cabo de un rato, alguien advirtió de que debajo del árbol, había unos regalitos. Madre mía, todos corrimos a ver qué eran y nos quedamos encantados con la sorpresa: una cuna para los muñecos, un rompecabezas de animales y un loto que, por supuesto, se unieron inmediatamente al resto de los juguetes de la clase, aunque ese día fueron los protagonistas. Pero antes de eso, nos comprometimos a que íbamos a cuidarlos mucho para que no se rompieran.
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