Ayer llegó el momento de la despedida. Nos pusimos guapísimos para la ocasión y nos portamos fenomenal, como siempre.
Reyes quiere dejaros las palabras que leyó , para aquellos que no pudieron asistir y en cuanto pueda, os pondrá el vídeo final, recopilatorio de estos 4 años, que dará por finalizada nuestra actividad en el blog.
¡SED MUY FELICES!
Hoy en nuestro último día como elefantes, quiero
dirigirme primero a vosotros, mis niños.
No es ésta una jornada para estar tristes por la
despedida que nos aguarda, sino para celebrar nuestros logros conseguidos
juntos.
Cuatro años en los que hemos vivido codo con codo,
en los que hemos compartido experiencias y en los que hemos crecido ambos.
Vosotros, que habéis pasado de bebés a niños
y niñas mayores y yo, que he crecido como maestra e indudablemente
también como persona.
Recuerdo vuestro primer día de cole: los llantos a
moco tendido, las pataletas, los tirones de pelo y los sudores que Ligia y yo
pasamos para consolaros y haceros sentir a gusto. Pero sobre todo recuerdo las
risas, los aplausos, los juegos, las canciones y los bailes. Recuerdo cada
aprendizaje, cada objetivo conseguido, cada abrazo, cada sonrisa, cada gesto.
Gracias
por todo lo que me habéis enseñado.
Quiero dirigirme también a vuestras familias, que
durante estos cuatro años han sido también mis también mis familias.
Quiero daros las gracias a todos porque no sólo he aprendido de vuestros hijos.
Vosotros también me habéis enseñado mucho.
Infinitas gracias a todos.
Gracias por haberme demostrado tanto cariño durante
estos 4 años. Por haberme permitido trabajar a gusto y con plena libertad con
vuestros pequeños. Eso ha hecho más enriquecedor, sin duda, el proceso de
enseñanza-aprendizaje del día a día. Gracias por haberme acompañado en las alegrías, por haber comprendido mis equivocaciones y por haberme apoyado en los momentos
difíciles.
Ha
sido todo un placer formar parte de vuestras vidas. Sois elefantásticos.
Quiero dar las gracias también a mis compañeros y
compañeras porque sin ellos, llegar hasta aquí colmados de éxitos y
satisfacción no hubiera sido posible. Y también por hacer que cada día mi
trabajo sea más un hobby que un sueldo.
Para terminar, no quiero marcharme sin mencionar
las dificultades que atraviesa nuestra educación pública. Las autoridades
educativas nos lo están poniendo difícil, pero hoy me he vestido con mis
mejores galas para deciros con voz enérgica y con todo el ánimo del mundo que
la esperanza de la educación no está en el B.O.E. ni en las carteras de
ministros o consejeros. Sino que esa esperanza somos nosotros: las familias,
los alumnos y los maestros.
Porque
juntos ¡podemos!
Muchas gracias